
Tanti auguri, Mina! Ochenta años siempre hay que celebrarlos, pero en el caso de una leyenda viviente ây bien activa- de la canción como la tigresa de Cremona serÃa imperdonable no hacerlo por todo lo alto. Más aún en estos extraños tiempos de pérdidas repentinas e irreparables.
En realidad Mina Anna Maria Mazzini nació en la localidad lombarda de Busto Arsizio, muy cerca de la frontera con Suiza. Pero la familia se trasladó a Cremona cuando ella contaba tres años, pues de allà eran originarios sus padres, Giacomo (Mino) Mazzini y Gina Zoni. HabÃa antecedentes artÃsticos, ya que su abuela Amelia era cantante lÃrica y soñaba para ella una carrera como pianista, pero durante su infancia un carácter tÃmido no hacÃa anticipar el futuro de grandes giras y ramos de flores envueltos en celofán que acabarÃa presentándose.
Parece ser que debutó con 18 años, durante un veraneo tonto âcuál no lo esâ en Fonte dei Marmi. Sus amigos la animaron a plantarse en el escenario de la Bussola de Marina di Pietrasanta, y ella aceptó el reto. âOs vais a enterar de quién es la Mina Mazziniâ, debió de pensar mientras, venciendo toda timidez, agarró el micrófono aún calentito por la actuación del sabrosón cubano don Marino Barreto. Y a todos asombró con los portentos de su voz. Cómo serÃa la cosa que ya no se querÃa bajar de allà ni con agua caliente. Atentos todos al instante: Mina habÃa descubierto su vocación.
Inmediatamente después llegó un primer disco como cantante femenina del grupo Happy Boys y, ya en solitario, el bombazo de Tintarella di luna (1960), una tonada tan pegadiza como extravagante sobre una chica que se tumbaba en el tejado de su casa para bañarse en la luz de la luna en lugar de tomar el sol. Fue por esta época cuando recibió ese sobrenombre felino cuyo origen nunca ha sido aclarado (la periodista Natalia Aspesi desmintió que fuera ella la autora del sintagma âla tigresa de Cremonaâ sin señalar otro culpable).
Tan popular se hizo la canción que, aquel mismo año, el âtin tin tin raggi di lunaâ de su estribillo se cantaba nada menos que en Rocco y sus hermanos, obra maestra del cine dirigida por Luchino Visconti. Mucho más tarde, también Almodóvar utilizarÃa sus canciones en pelÃculas como Matador, Tacones lejanos (Un anno dâamore fue uno de sus éxitos décadas antes de que lo versionara Luz Casal) o Dolor y gloria. Se ha dicho también que Federico Fellini pensaba en ella para el elenco de uno de sus proyectos no realizados, Il viaggio di G. Mastorna.
Estos son en realidad los episodios más memorables de la relación de Mina con el cine, aunque hasta 1967 intervino como actriz en diversas pelÃculas âmás bien irrelevantes todasâ, entre ellas una que llevaba su nombre en el tÃtulo, âMina⦠fuori la guardiaâ (1961) como prueba del estatus estelar que habÃa obtenido. De todos modos, si se la quiere admirar en movimiento nada mejor que enredarse en sus vÃdeoclips televisivos, auténticos ejercicios de hipnosis en tres minutos que en ocasiones alcanzan una inaudita densidad conceptual (es el caso de Fumo Blu en plano secuencia, un juego de espejos repletito de metalenguaje).
Convertida en un fenómeno colosal dentro y fuera de Italia, atravesó varias épocas desde sus inicios como urlatora (âgritonaâ, asà llamaban en su paÃs a los hijos del rock ânâ roll) hasta convertirse en eso que por inercia y ya no por otra cosa denominamos una gran dama de la canción. Hasta en Japón triunfó con la Tintarella, lo que provocó que grabara en lengua nipona una melodÃa titulada Anata to watashi (âTú y yoâ). Bastante afortunadas han sido sus versiones de éxitos de la bossa nova como Ãguas de março de Jobim, o de creaciones de Serrat (Ballata dâautunno, Bugiardo e incosciente, un cover de La tieta). Para Europa meridional y Latinoamérica ha sido directamente una diosa.
Su imagen se volvió particularmente icónica cuando prescindió de las cejas y comenzó a aplicarse en torno a los ojos un dramático maquillaje âmitad mapache, mitad diva del cine mudoâ, que se convertirÃa en su sello personal. Y, hablando de personal, sus asuntos sentimentales fueron motivo de escándalo. En los sesenta inició una relación con un hombre casado, el actor Corrado Pani, que para más inri habÃa interpretado siendo niño a Jesucristo para Radio Vaticana. Pani serÃa el padre de su primer hijo, Massimo, nacido en 1963. El precio de todo esto serÃa la imposición de un veto por la televisión pública, la RAI, donde no apareció en dos años (salvo por unas actuaciones patrocinadas), y que la hizo sustituir por Rita Pavone como presentadora estrella del programa Studio Uno.
Tras una breve relación con el compositor Augusto Martelli, en 1970 se casó con el periodista Virgilio Crocco, con el que engendró a su hija Benedetta. Por desgracia, Crocco perdió la vida en un accidente de tráfico solo tres años después de la boda (poco más tarde Mina perderÃa del mismo modo a su hermano, el también cantante Geronimo). A finales de la década se reencontró con un amigo de la infancia, el cardiólogo suizo Eugenio Quaini, con el que emprendió una aventura mucho más duradera hasta que en 2006 lo convirtió legalmente en el segundo signore Mazzini. De todos modos, para el público la pareja más notable de Mina âaunque solo fuera en lo profesionalâ ha sido Adriano Celentano, cantante y actor con el que ha interpretado los temazos recogidos en dos discos, uno de los cuales, Mina Celentano, se convertirÃa en 1998 en el segundo más vendido de toda la historia de la música italiana hasta entonces, por encima de los hits de Zucchero o Eros Ramazotti.
Ciudadana suiza, desde 1978 vive en Lugano, para llevar junto a Quadri una existencia más plácida, ajena a giras y conciertos. Pero antes tuvo tiempo de cantar en vivo un Porompompero pleno de tronÃo a la italiana. Ni siquiera volvió a aparecer en televisión desde aquel año, lo que en cambio no le ha impedido un ritmo frenético en la grabación y comercialización de discos.
Desde su propio estudio helvético ha pergeñado en las últimas cuatro décadas todo tipo de LPs, recopilatorios, duetos y colaboraciones, Mina canta a Nápoles, Mina canta a la Navidad, Mina canta a Frank Sinatra, Mina canta a los Beatles, you name it. Además de con Celentano, ha grabado junto a Miguel Bosè, Tiziano Ferro o Alberto Lupo, en la muy célebre Parole parole que en Francia interpretarÃan Dalida y Alain Delon y en España Carmen Sevilla y Francisco Rabal. Su último disco, Mina Fossati âen colaboración con el cantautor Ivano Fossatiâ salió el año pasado. Antes habÃa aparecido en formato holograma sobre el escenario del festival de Sanremo acometiendo su propia versión de Antother day of sun (de la banda sonora de la pelÃcula La la land) para estupor y frenesà general.
De la mano de Mina transitamos varias décadas de una Italia que desde luego no se ha quedado corta en cantantes femeninas con talento y personalidad. Ornella Vanoni, Rita Pavone, Mia Martini, Patty Pravo o Gigliola Cinquetti son algunas de las más conocidas. Sin embargo Mazzini ha sido capaz de elevarse sobre todas ellas con su voz emotiva (cuando hace falta) y poderosa (eso siempre) y su aura de suma sacerdotisa del tarot. Con esos ojos ahumados y ese gesto feroz en la boca, que a veces da la impresión de que si le acercáramos un dedito nos lo arrancarÃa de una dentellada y después lo escupirÃa al público para seguir cantando como si nada.
En estos dÃas de reclusión y miedos, escuchar las canciones de Mina Mazzini nos reconforta. Además, ya sea por sus tÃtulos o por cuestiones temáticas, algunas de ellas adquieren especial vigencia. Una selección perfectamente arbitraria podrÃa ser la siguiente:
⢠Parole parole: Porque hoy en dÃa quizá sea la más conocida de todas.
⢠Grande, Grande, Grande: Porque, aunque el tÃtulo se lo dedica a un hombre, en realidad le cuadrarÃa mejor a ella misma.
⢠Tintarella di luna: Por su exquisita excentricidad.
⢠Se telefonando: Porque es una canción que empieza bien arriba, pero luego no deja de subir hasta el final.
⢠Fiume azzurro: Porque mucho antes que Mónica Naranjo estaba Mina, y un respeto por favor.
⢠Uomo: Por el momento en que Mina dice âguarda la foglia che cresce sul ramo / guarda la rosa che stringi tu in manoâ.
⢠Acqua e sale: Por el momento en el que Celentano dice: âE va bene guida tu / che sei brava più di meâ.
⢠Lâimportante Ãâfinire: Porque es una canción sexy y provocadora da morire.
⢠Ancora: Porque es otra canción sexy y provocadora da morire.
⢠E poiâ¦: Porque, ¿para qué volver con lo mismo si la anterior vez ya acabó mal?
â¢* Io vivrò (senza te): Porque tiene el arranque más salvaje y más certero de la historia de la canción (âChe non si muore per amore / à una gran bella verità â), y además constituye una estupenda alternativa al ya manido âResistiréâ del Dúo Dinámico.
⢠E pensó a te: Por todos aquellos y aquellas a los que echamos de menos y queremos abrazar estos dÃas.
⢠Insieme: Porque asà (âjuntosâ) es como desearÃamos estar.
⢠Città vuota: Por todas nuestras ciudades vacÃas ahora mismo.
â¢Il cielo in una stanza: Porque el cielo es lo que todos merecerÃamos tener en nuestras habitaciones.